domingo, 4 de marzo de 2012

Solo son deseos, sueños hechos de nostalgia...

Y fue exactamente en ese instante en el que me di cuenta de que nunca había tenido un lugar para mi. De que jamás me había sentido cómoda en ningun sitio, excepto en aquel trastero, con él. Es posible que no tuviera más de cinco metros cuadrados, pero respiraba libertad. Recordé los momentos vividos y no pude evitar esa sensación de nostalgia. Le echaba de menos. Cada parte de mi cuerpo,le echaba de menos. Así que deseé salir corriendo de mi habitación, bajar las escaleras en menos de lo que cae un rayo y abrazarle. Y no sería uno de esos abrazos que se dan en los que no hay sentimiento, todo lo contrario le abrazaría como si intentara que nuestros cuerpos fuesen uno y nada ni nadie pudiera separarnos.

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